Beatriz Díaz debuta esta noche en Taiwán

Beatriz Díaz debuta esta noche en Taiwán

La soprano vuelve a encabezar el cartel de la «Carmina Burana» que está dando una exitosa vuelta al mundo escenificada por «La Fura dels Baus».

 

La cantata Carmina Burana de Carl Orff se estrena este fin de semana en Taiwán. La obra maestra del compositor alemán llega al «Summer Green Park» del Teatro Nacional de Taichung con la firma escenográfica de «La Fura dels Baus» y las voces solistas de la soprano Beatriz Díaz, el contratenor Vasily Khoroshev, el barítono Toni Marsol y la cantatriz Luca Espinosa. Junto a ellos, la Orquesta Sinfónica Nacional de Taiwán, a la batuta del director Chien Wen-Pin, y dos agrupaciones corales. El Coro de Cámara Artístico de Taichung comandado por Pi-Hua Chuang y el Coro de la Escuela Primaria Hui-Wen bajo las riendas de Yu-Shin Kao.

El éxito creciente de la soprano allerana en la interpretación de esta pieza comenzó a fraguarse cuando se presentó en el teatro Campoamor de Oviedo en 2013. Después vendrían otras dos actuaciones estelares para el recuerdo: en el Palacio de Carlos V de Granada en 2014 y en el auditorio Miguel Delibes de Valladolid en 2015. Beatriz Díaz aún habría de subir el listón personal de sus logros vocales, más arriba que la grúa en la que se eleva al cielo para cantar la obra, el pasado verano en la República de Macedonia. Allí, en el Teatro Antiguo de Ohrid, en presencia del presidente del gobierno macedonio Gjorge Ivanov y de la mitad de sus ministros sentados en las gradas abarrotadas del recinto al aire libre, la cantante escuchó una de las mayores ovaciones de su carrera profesional, tan grande como la que el público brindó al resto del elenco y a la vistosa propuesta de «La Fura».

Sencilla, melodiosa, cautivadora y de gran fuerza expresiva en lo musical, la cantata se inspira en veinticinco poemas del siglo XIII, entresacados de una antología de cantos medievales goliárdicos, que corrían en boca de clérigos errantes, mitad juglares, mitad eclesiásticos, y fueron descubiertos en el monasterio benedictino de Beuron, Baviera, en 1803. Se estrenó el 8 de junio de 1937 en la Frankfurt Ópera alemana, con Bertil Wetzelsberger a la batuta y Oskar Wälterlin en la dirección escenográfica, gozando siempre, incluso en aquella primera representación, de una enorme y favorable acogida. En España se interpretó por primera vez el 12 de abril de 1958 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, bajo la dirección de Josep Sabater. El estreno mundial de la adaptación de «La Fura», que acumula decenas de gloriosas interpretaciones en Europa y América, tuvo lugar en San Sebastián en el año 2009.

El director teatral Carlus Padrissa, responsable «furero» del montaje, afirma que «es la pieza popular más importante del siglo pasado y es perfecta para todo tipo de espectadores». Animado por una filosofía de la vida «sencilla y directa», el espectáculo tiene como reto envolver al espectador en impactantes cuadros escénicos, aliñados con efectos especiales e incluso con determinadas fragancias que viajan desde el escenario al patio de butacas. Y advierte «que parte del encanto de esta pieza, miles de veces representada, pero nunca como en esta ocasión, radica en la sencillez».

Zamira Pasceri, ayudante de dirección, vuelve a prometer una espectacular escenografía basada en un cilindro con proyecciones, símbolo del tiempo que va girando y pasando. Las imágenes en movimiento, que traducen las emociones del texto y la música al lenguaje visual, se pincharán en directo, para sincronizarse con la batuta del maestro. Se trata de «vídeos que son consecuencia directa de la música». Elementos como una grúa o una piscina complementan la puesta en escena. «Para nosotros es un placer trabajar con gente joven y crear equipos engranados. Nos gusta crear alianzas. Las orquestas locales y los coros juveniles aportan ilusión y vida, contribuyendo a que el motor del espectáculo tenga una fuerza increíble».

■ AM Cultura, 20 de noviembre de 2015