Beatriz Díaz, soprano

Beatriz Díaz, soprano

Todos los vecinos de su pueblo natal sólo ocuparían la mitad del aforo de cualquiera de los teatros europeos en los que Beatriz Díaz empieza a destacar como soprano. Entre los 600 habitantes de Boo, una población de la cuenca minera de Aller, en Asturias, salió esta voz que posee la juventud de sus 26 años y la calidad que le hizo ganar el prestigioso Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas en el 2006 en el Teatre del Liceu de Barcelona. Este año, Riccardo Muti, uno de los más importantes directores de música en el mundo, la ha dirigido en dos papeles que la han llevado a Salzburgo, Florencia, Rávena y Roma.
 
Beatriz Díaz estudiaba Biológicas y, aunque guardaba toda su vocación para el canto, no tenía puesta en él esperanza profesional. «Fue un camino más encontrado que buscado –afirma–. No pensaba que pudiera ser un trabajo. Iba a clases de canto, mi profesora me habló de un papel, lo preparamos, me hicieron una audición y me vi a los 19 años en el Teatro Campoamor de Oviedo con una interpretación muy pequeña y un compromiso muy grande. Cuando las audiciones y los ensayos me impidieron hacer las prácticas de la carrera y me vi ante dos caminos que se bifurcaban, escogí cantar». Su talento y su formación vienen del canto, pero «lo que me engancha más es la parte actoral, el cambio de registro a que obliga cada personaje», dice. Tiene su domicilio cerca de Oviedo, pero, por su trabajo, dice, «vivo en ninguna parte: el año pasado estuve un mes en Roma, otro en Madrid, otro en Salzburgo». «La cara –añade– es que conoces mundo y amplías tu cultura; la cruz, que no siempre puedes estar con los tuyos cuando lo necesitas».
 
Magazine – La Vanguardia, 18 de abril de 2010 (Jóvenes Extraordinarios)