21 Dic Grandes voces para una causa generosa
Cálida gala lírica de la Sociedad Filarmónica de Gijón, protagonizada por Beatriz Díaz y Jorge Rodríguez-Norton
→ Con un ameno y atractivo recital lírico, la Sociedad Filarmónica celebró ayer en el Teatro Jovellanos su concierto 1.675, la cifra abruma, con un espíritu alegre y optimista, propio de estas fechas próximas a la Navidad. Dos intérpretes asturianos, la consagrada y, sin embargo, cercana y sencilla Beatriz Díaz, nuestra soprano más universal y el tenor ascendente Jorge Rodríguez-Norton, acompañados al piano por el también asturiano Marcos Suárez -e inestimable colaborador de la Filarmónica-, protagonizaron un recital solidario, a beneficio de la Asociación Síndrome de Down de Asturias. En nombre de esta asociación presentó el concierto Camino Sofía de la Guerra. En su intervención habló de la visibilización de las personas con síndrome de Down, de la iniciativa que en 1985 tuvieron en Gijón varios padres y madres con hijos afectados y del gran paso que en pocos años se había dado. Antes, prácticamente «no existía de puertas para fuera, era un problema de puertas para dentro». Y ahora la sociedad se está concienciando de que son personas con habilidades diferentes.
El programa del recital tuvo dos partes bien definidas. La primera estuvo dedicada a diversas páginas de la lírica italiana, un canto reconocido este año por la Unesco. La segunda, precedida de un guiño al lied asturiano a través de dos canciones de Luis Vázquez del Fresno, estuvo dedicada a nuestra zarzuela. Fuera de programa interpretaron un pupurri: «Noel», «Navidades blancas», «El tamborilero», «Santa Claus llega a la ciudad», «Adeste fideles» y «Noche de paz». Una buena manera de celebrar este recital, que también fue un concierto de Navidad.
Comenzó el acto con la canción «Non t’amo piu», de Tosti, interpretada por Beatriz Díaz. Con el tiempo, con la madurez, su voz, sin perder un ápice de ese lirismo acariciador característico, se fue ensanchando y volviéndose más densa. Estos aspectos de ductilidad vocal los percibimos en la primera parte del concierto. En la canción de Tosti, de una belleza melódica transparente, Beatriz hizo alarde de un canto muy ligado, exquisitamente fraseado. En «Vissi d’arte», el aria de Tosca de Puccini, percibimos un canto dramático, con una gran expresividad y brillantez, especialmente en los agudos. Y el «O mio babbino caro» fue de una naturalidad transparente.
Jorge Rodríguez-Norton es un tenor en alza, tiene una potencia de emisión destacada. A veces «engola» la voz, lo que produce cierta falta de homogeneidad, pero sus cualidades y su musicalidad es magnífica. De la primera parte, fue muy aplaudido el famoso «O sole mio», deleitándose en los agudos. «De noche» es la tercera de las Siete canciones asturianas compuestas siguiendo la huella de Falla por Vázquez del Fresno en 1979. La pieza, sobre el canto «Dieron las cuatro…» es uno de los lieder más sugerentes realizados sobre el folklore asturiano. Cantado con color de tonada por Rodríguez-Norton.
La amplia sección dedicada a la zarzuela constituyó en su variedad un feliz final de fiesta. El público disfrutó escuchando los dúos de Luisa Fernanda y de Penella, la expresividad de la «Romanza de Sagrario» y la manera directa de abordar este recital.
■ El Comercio, 21 de diciembre de 2023 · Ramón Avello