La soprano Beatriz Díaz, «Asturiana del mes» por su brillante carrera operística

La soprano Beatriz Díaz, «Asturiana del mes» por su brillante carrera operística

El diario La Nueva España distingue a la cantante allerana que triunfó en noviembre en «L’elisir d’amore» en el Campoamor de Oviedo, escenario en el que debutó hace quince años

 

Fue la mejor manera de celebrar sus quince años como soprano profesional. El mes pasado, la cantante lírica Beatriz Díaz (Boo, 1981) encarnó a Adina en la ópera L’elisir d’amore. Su interpretación fue, según las críticas, impecable, impetuosa, con un perfecto equilibrio «entre la exhibición virtuosística y la dulzura expresiva». Un éxito. Ocurrió en el teatro Campoamor de Oviedo, donde la soprano allerana había debutado en 2002 en la ópera L’amico Fritz.

En reconocimiento a esta demostración de madurez y genio lírico, y también a los quince años de carrera en el mundo de la ópera, Beatriz Díaz, una cantante especialmente querida por el público asturiano, ha sido elegida «Asturiana del mes» de noviembre por La Nueva España.

Beatriz Díaz, en L’elisir d’amore, bordó el personaje de Adina, una mujer compleja, moderna, segura de sí misma e inteligente. La soprano allerana, hija de un cantante de tonada –Ricardín el de Boo-, vive un gran momento de su carrera lírica desde su debut en el papel de la criada Caterina en L’amico Fritz, con 21 años. Hoy, esta mujer sobrada de tesón y de energía, siempre sonriente, se ha convertido en una de las mejores voces de la lírica internacional. En 2017, un año en el que protagonizó una veintena de actuaciones, también representó en el Campoamor el papel principal de la zarzuela Maharajá, escrita por Maxi Rodríguez con música de Guillermo Martínez, y triunfó con el espectáculo Carmina Burana de la «Fura dels Baus». También este año resultó galardonada en la Berliner Internacional Music Competition, en su primera edición.

Hija y nieta de mineros, Beatriz Díaz sorprendió a su familia con 6 años de edad con su interpretación de «El pintor que pintó a Xuana» en un concurso de las fiestas de Boo. Allí vieron que tenía talento de sobra. Cuando era una adolescente lo que quería cantar eran temas de Mariah Carey, Whitney Houston o Celine Dion. «Si era difícil, yo lo cantaba», decía recientemente en una entrevista con La Nueva España. Pero su «madre musical», su profesora, la mierense Elena Pérez Herrero, la recondujo al mundo de la ópera. Beatriz Díaz asistió como público a una representación operística con 19 años. Fue un Romeo et Juliette. Dice que «tuvo un clic». Un flechazo. «¿Cómo puede existir esto y que yo me lo haya perdido hasta ahora?», se preguntó.

Desde entonces, su romance con la lírica continúa y va a más. Aunque considera a Elena Pérez Herrero su verdadera maestra, ha recibido clases de Montserrat Caballé, Mireia Freni, Elena Obraztsova y Mady Mesplé. Ya ha cumplido muchos de sus sueños en el mundo de la música, pero siempre repite que el gran papel que está esperando es Mimí, de La bohème. Adora a Puccini, «un compositor que necesita madurez».

En el plano personal, Beatriz Díaz, casada con un bombero de Emergencias del Principado, se empeña en residir en Asturias. Va y viene en avión para cantar por el mundo. Confiesa que es una mujer «de raíces» y que disfruta rodeada de su gente. Ahora, además de la ópera, está enamorada perdidamente de su hijo Luca, de año y medio. «Es el amor con letras grandes», asegura. Quiere que el pequeño vaya con ella a las actuaciones. La abuela, Amelia, los acompaña.

La Nueva España, 31 de diciembre 2017 | E. L.