Los 130 años del Campoamor, un aniversario con mucho arte

Los 130 años del Campoamor, un aniversario con mucho arte

Éxito de público. Miles de personas abarrotan los aledaños del teatro para asistir a un brillante espectáculo de música, luz y modernidad


La magia del arte envolvió ayer a los miles de personas que abarrotaron los aledaños del Campoamor para asistir a la celebración en la calle de los 130 años del emblemático teatro ovetense. Un espectáculo que reunió tradición y modernidad en 30 minutos que obligaron al público a no perderse ni un detalle de lo que, como maestro de ceremonias, el periodista Pachi Poncela iba desgranando gracias a un cuidado guión bien acompasado con el «videomapping» y los numerosos personajes reales y virtuales que actuaban.

Proyectado el «mapping» sobre la fachada de un teatro Campoamor que se ofreció como el mejor escenario posible, por el frontispicio fueron apareciendo varios momentos clave de la construcción, apertura al público, incendio e historia del edificio. Un ejemplo fue la presencia de Luis (el actor Manu Lobo), técnico electricista que participó en las obras del coliseo hasta su inauguración en 1892. Durante media hora, muchos aplausos, varias carcajadas generales y muy buena música. Destacar que durante las dos horas anteriores al acto, sonaron por la megafonía, las óperas grabadas que se representaron en el Campoamor durante su historia.

El público pudo degustar interesantes números musicales y bailes, a cargo de la Compañía Konraza y de las bailarinas Carla Rodríguez, Ana Morales y el bailarín y coreógrafo Antonio Perea, director de la compañía.

Entre las actuaciones en vivo destacaron la soprano asturiana Beatriz Díaz, que cantó en directo el aria «O mio babbino caro», de la ópera Gianni Schicchi, de Giacomo Puccini, y que se proyectó en la fachada del teatro, además que con la cantante de tonada asturiana Anabel Santiago. Ambas interpretaron un arreglo grabado para la ocasión el pasado 7 de octubre y dirigido por el director musical asturiano Óliver Díaz, con la orquesta Oviedo Filarmonía. No pudo faltar una interpretación de Los hugonotes, la primera ópera con la que se inauguró el 17 de septiembre de 1892 el Campoamor o la suite del vals El lago de los cisnes, de Tchaikovski. Todo fluyó como fluye el arte hasta que Pachi Poncela y Manu Lobo pusieron el punto final al evento al más puro estilo «Casablanca», entre una cerrada ovación de un público contento de haber asistido a algo tradicional y diferente. Bien organizado y singular.

Para todos

Ya una vez apagadas las luces, el público puso buena nota. «Nos gustó, da gusto cuando las cosas se hacen bien», destacaron Aníbal Cuyences y María Rodríguez, mientras aplaudían. Muy cerca, Laura Martín aseguró que «ha sido precioso y muy buena idea sacar el cumpleaños de dentro del teatro para que mucha más gente pueda celebrarlo y disfrutar de este soberbio espectáculo». Fue una noche para disfrutar de Oviedo.

El Comercio, 22 de octubre de 2022 · Rafael Francés