«Mi personaje en la ópera está inspirado en Bimba Bosé»

«Mi personaje en la ópera está inspirado en Bimba Bosé»

La soprano allerana Beatríz Díaz, única asturiana del elenco, interpreta en Oviedo el papel de Óscar en «Un ballo in maschera», el título que cierra la temporada lírica
 
Llegó a la ópera por causalidad. Es decir, con esfuerzo, trabajo y cualidades, pero «sin tenerlo como objetivo». La soprano nacida en Boo (Aller) Beatriz Díaz comenzó sus pasos en la canción asturiana cuando tan sólo tenía seis años –su padre fue quién la animó– y ahora, con 27, ya hay quién dice que es la mejor cantante que ha dado el Principado en toda su historia. Tras recorrer los grandes teatros italianos y haber recibido la llamada nada menos que de Ricardo Mutti, con quien actuará esta primavera, vuelve a Oviedo para interpretar el papel de Óscar en Un ballo in maschera, de Verdi.
 
– ¿Es cierto que es usted la mejor?
– Yo lo único que intento es hacer mi trabajo bien. Intento mejorarlo y perfeccionarlo. Supongo que para cierta gente lo seré y para otra gente, no. Al final es algo surrealista, no sé si soy, si seré o si realmente lo llegaré a ser. Lo cierto es que no existe ninguna manera de medir y cada uno lleva la carrera que lleva. Los caminos que tenemos todos en esta profesión son muy diferentes.
 
-¿Cómo fue su debut en el «Carlo Felice»?
-Genial, sólo puedo decir cosas buenas. Estuve en el primer reparto con un gran director. Fue magnífico.
 
– ¿Y la vuelta a casa?
– En casa se está estupendamente y tener el «Campoamor» en Oviedo es un lujo. Poder estar en mi casa trabajando y a la vez con mi familia para mí es fantástico. Además aquí se hace ópera muy buena, de primera fila.
 
– ¿Qué se va a encontrar quien vaya al Teatro Campoamor a ver esta ópera?
– Se va a sorprender, sobre todo por nuestra puesta en escena: es muy transgresora. Por supuesto por los cantantes que son muy buenos, pero la parte escénica, que a mí personalmente me gusta mucho, trae una nueva visión. No todo tiene por qué ser tradición pura y dura. Va a haber sorpresas.
 
– Y al margen de la escenografía, ¿qué es lo que más le gusta de la obra?
– Hay apuestas fuertes, muy particulares, con una visión moderna de algo antiguo. Los vestuarios, por ejemplo, son fantásticos, geniales, increíbles.
 
– ¿Y de su papel?
– Aquí no se trataba de hacer un paje, si no de adaptar la imagen de una mujer masculina. Lo que teníamos en la cabeza para crear el personaje era Bimba Bosé. Está inspirado en ella.
 
– Generará polémica…

– Todo el mundo puede expresar lo que opine, pero hay que respetar a quien trabaja para que funcione.
 
– ¿Cuándo sabe un cantante de ópera que ha actuado bien?
– Debería saberlo tras terminar. Saber en qué ha estado peor, qué hay que mejorar y qué hay que perfeccionar. Yo creo que todos sabemos cómo lo hemos hecho, si hemos estado al cien por cien o no. Si después de evaluarte le gustas al público y a la crítica, mejor.
 
– Usted es muy joven. ¿Cómo llegó al mundo de la ópera?

– Pues yo llevaba cantando desde pequeñita, mi padre lo hacía antes que yo y para mi era natural. Pero lo que cantaba era canción asturiana. Después cuando ya fui teniendo una edad mi profesora me fue dando textos para que cantara y poco a poco fui entrando.
 
– Así que de pequeña no sabía que iba a ser soprano.
– Yo de pequeña no sabía qué iba a ser, cuando fui creciendo primero quise estudiar Farmacia aunque terminé estudiando Biología y al final llegó un momento en que tuve que dejarlo porque no era compatible. Al final decidí que a mí lo que me gustaba era cantar.
 
– Y no se habrá arrepentido.

– No, esta vida tiene muchos sacrificios pero también muchas satisfacciones. Además viajas mucho y conoces mucha gente.

El Comercio, 20 de enero de 2009