Pasión lírica con más amor que desdicha

Pasión lírica con más amor que desdicha

«Tu che di gel sei cinta» de «Turandot» de Puccini parece escrito para la cantante asturiana».

Vigo.- Pablo Álvarez

En pleno siglo XXI mantener sociedades filarmónicas es toda una labor épica, abonados que van dejando por razones obvias su gran afición y poca juventud que tome el relevo. Lástima porque siguen siendo la escuela formativa para mayores auditorios tanto para intérpretes como público. En ellas podemos seguir disfrutando de la llamada música de cámara y recitales líricos con piano que llenarían grandes salas con orquesta.

Ferrol, Coruña y Vigo aunaron esfuerzos para lograr un recital de auténtica pasión con dos mujeres de larga trayectoria y un pianista que ha dedicado toda su vida a este género, acompañando voces que siguen triunfando.

La asturiana de Boo, Beatriz Díaz, la canaria de Lanzarote, Belén Elvira y el madrileño Álvarez Parejo organizaron un programa para esta pequeña gira gallega que hizo las delicias del público conocedor de casi todo lo escuchado (más allá de la edad), arias y dúos para soprano y mezzo donde las voces lograron triunfar tanto en solitario como juntas gracias a un empaste perfecto, algo difícil de encontrar en estos tiempos, con alternancia de números que hicieron aún más atractivo el concierto.

La primera parte la abriría Mascagni con su Cavalleria Rusticana, la escena y oración a piano solo emulando una orquesta con esa música siempre bella, antes del «Voi lo sapete, o mamma» de la mezzo canaria, continuando con Puccini y dos delicias suyas, «Tu che di gel sei cinta» de Turandot que parece escrito para la asturiana, y el dúo de las flores de Madame Butterfly, dulzura allerana y el perfecto entendimiento entre los tres intérpretes. Esta temporada de ópera en Oviedo pude escuchar dos versiones de «Butterfly» y el esperado Samson et Dalila (Saint-Saëns) del que Belén Elvira desgranó la conocida «Mon coeur s’ouvre à ta voix» convincente, como si las mezzo canarias tuviesen un don para este rol. Las joyas brillaron con Beatriz Díaz en el Faust (Gounod) de «Ah! Je ris des me voir», gusto y escena siempre de la mano, con esos rubati impecables y bien entendidos desde el piano, antes de la conocida «Barcarolle», dúo de Los cuentos de Hoffmann (Offenbach) que confirmó el empaste de ambas voces, al unísono como una sola, con los planos en perfecto equilibrio y un piano siempre pendiente de las protagonistas. El cierre operístico de la primera parte lo puso Bizet con la conocida «Habanera» de Carmen ideal para la mezzo canaria hoy con piano, y Les filles du Cadix (Delibes) que en la voz de la asturiana son otra delicia en versión recital que nunca cansa escuchar, destacando lo difícil que resulta cantar en francés sin cambiar el color de voz, algo que lograron ambas.

El llamado género chico lo es solo de nombre, junto con una zarzuela que seguimos sin saber vender incluso en recital, pese a contar con páginas hermosísimas y de igual o mayor calidad que muchas de sus «hermanas mayores».

La selección adecuada, exigente y nuevamente completa en registros, escena y acompañamiento, destacando el dúo «No merece ser feliz» de Los gavilanes (Guerrero) con madre e hija convincentes o el agradecido «Todas las mañanitas» de Don Gil de Alcalá (Penella), donde sólo faltó hacer los coros al público. Sobrios el «¿Qué te importa que no venga?» (Serrano) de Los claveles por la canaria, y  la petenera «Tres horas antes del día» de  La marchenera de Moreno Torroba por la asturiana, en registros y colores de voz apropiados para ambas para deleitar y recrearse aún más en las siguientes romanzas solistas de la «Canción de Paloma» de El barberillo de Lavapiés (Barbieri), endemoniada para pianistas acompañantes (como toda reducción orquestal) y más para sopranos que logren cantar todo lo escrito además de interpretarla escénicamente, a lo que Beatriz Díaz nos tiene acostumbrados ¡Brabóo!, y el «Chotis del Eliseo» de La Gran Vía (Chueca), tan castizo en todo que nadie diría que Belén Elvira sea canaria, más un «organillero» de lujo el piano de Parejo. Nada mejor que un poco de humor todos juntos con una página compleja en partitura, con cambios de ritmo difíciles de encajar, y escena simpática como es el dúo de Los sobrinos del Capitán Grant (Fernández Caballero), ese «En Inglaterra los amantes..». donde Miss Ketty Beatriz y Soledad Belén nos hicieron reír con su escenificación, sin escatimar nada en un canto nuevamente bien ensamblado, templado y acertado.

Largos aplausos y dos regalos en solitario también españoles, ese «El vito» de Obradors que Beatriz Díaz defiende como un auténtico «lied» español mientras Álvarez Parejo protagoniza al fin algo puramente pianístico y no orquestal, exigencias bien resueltas por ambos intérpretes, y «La tarántula» de La Tempranica (G. Giménez), con Belén Elvira que da a lo pícaro altura artística en esta mezzo de amplio registro. Excelente recital con auténtica pasión donde entre el amor y la desdicha reflejadas en las partituras estuvo el buen hacer y calidad de los tres intérpretes.

La Música en Siana, 17 de febrero de 2015