Como es propio de las operetas, se ambienta en un ficticio principado europeo, con confusiones de identidad, nobles derrocados y amoríos. La estructura es propia de la zarzuela grande, tres actos. Hay sorprendentes alusiones a la época del estreno, como los recuerdos de Sofía sobre la guerra civil orosoviana: («Destrozó mi país / la tragedia cruel»). El verdadero rey prefiere trabajar como pianista en el exilio y Black, el payaso, resulta un buen gobernante.