«¿Nudismo? No, fía, yo toi más bien pa tapar que pa enseñar»

«¿Nudismo? No, fía, yo toi más bien pa tapar que pa enseñar»

La soprano allerana Beatriz Díaz lanza una idea para emprendedores: «Que te vendan maletas ya hechas»

 

De Beatriz Díaz (Boo, 1981) dicen los que entienden que es la mejor soprano que ha dado Asturias. Pero, además, es la mujer de Jorge y la madre de Luca, que llegó para cambiar su vida. «Antes, yo era de cerrar los chiringuitos y enganchar una fiesta con otra. Ahora, de levantame a la hora que mande el nenu», se ríe con ganas antes de hacer las maletas para cantar en Galicia esta artista que lleva su voz privilegiada por todo el mundo. Y, después, vacaciones en Gijón, donde tiene casa «gracias a los abuelos de una parte», y en Castilla, donde también tiene casa «gracias a los abuelos de la otra».

-¿Qué se le perdió en la meseta?
-Mi familia fue a secar toda la vida allí. Lo de ser hija de mineru ye lo que tien. Pero también estaré por Gijón, que ye mi segunda casa y téngolo pasado podre. Los Fuegos eran indispensables. De hecho, me casé un 15 de agosto. Y en septiembre intentaré ir a algún sitio más lejano y exótico.

-¿Playa o montaña?
-Busco una isla, porque soy más de playa. Lo que no soy es de arena, así que prefiero las que tienen un poco de verde. Lo que pasa es que este año va a tocar arena sí o sí porque Luca querrá hacer sus castillos y sus cosas (Ríe).

-¿Alguna preferida?
-Voy mucho a La Ñora, de toda vida. Porque también soy más de playes pequeñes que grandes.

-¿“Operación bikini”?
-¡Ni me lo planteo! (Ríe).

-¿Y nudista o textil?
-No, fía, yo más bien toi pa tapar que pa enseñar (Risas).

-¿Hay alguna folixa indispensable en su calendario?
-Las que vengan sobre la marcha, pero no suelo faltar a la Semana Negra ni a Metrópoli. La Feria de Muestras también ye un clásicu.

-¿Qué le pasa con Xixón?
-Va veinte años que veraneamos aquí y tiene lo mejor de una ciudad y el mar. Y, además, ye una prolongación de la Cuenca. Todos tiramos pa acá. Vas por la calle y es: «¡Hombre, fulanito!» (Risas).

-¿En qué consiste un día perfecto de verano para usted?
-Un día de sol, a poder ser, que ya ye mucho, con mis chicos, en la playa, tranquilamente. Das un paseín, comes un heladín y unes pipes, tomas un tinto de verano y tan felices. Eses pequeñes coses son las que te dan tranquilidad.

-Usted, que se pasa la vida viajando, lo que quiere es relax…
-Sí. En vacaciones, mucha gente quiere ver, viajar… Yo busco lo contrario: quiero parar un poco, quedame tranquila y desconectar, aunque tampoco puedo del todo, porque sigo estudiando y tengo libros y partituras para subrayar.

-¿Tira el móvil?
-Paso un poco más de él, sí, porque cuando estoy fuera vivo pendiente del teléfono. En plan: «¿Qué tal?, ¿cómo estáis?, ¿el nenu comió?, ¿ya fue pa la cama?». Y todo así (Ríe).

-¿Tiene un verano de su vida?
-Un viaje a Croacia que me encantó. Se lo recomendaría a todo el mundo. Y todavía me gustó más porque no suelo ir de vacaciones, solo suelo viajar para trabajar. Fui solo con Jorge. Luca no existía. Y fue como una segunda luna de miel porque la primera no la hubo por culpa de que tuve un accidente de coche antes de la boda.

-¿Algún trayecto pendiente?
-Sí. El crucero que sale de San Petersburgo y va por los fiordos noruegos. Le tengo muchas ganas.

-Con tantas idas y venidas, será una experta en maletas.
-¡No lo sabes bien! Sí. De hecho, a veces, pienso: «¿Por qué no te las venden ya hechas?». Sería un negociazo que tú dijeses: «Quiero una pa quince días de la talla X». Y lista (Ríe).

-¿Sus imprescindibles?
-Con los años, tiendo al minimalismo y cada vez llevo menos. No sé si ye por vagancia. Al principio, llevaba la casa encima, llevaba pa mí y pa otros tres. Ahora, llevo lo mínimo y voy lavando. Lo mismo me da que sea para una semana o para un mes. Economizo mucho.

-Dígame algún básico, ande.
-La chaquetina, por si refresca. Siempre. Pero antes llevaba cuatro y ahora llevo una. Y, si necesito otra, la compro.

-¿Y lo primero que mete?
-Suele ser la partitura de lo que vaya a cantar. Además, siempre la meto en el mismo sitio, porque ya tengo un lugar pa cada cosa. ¡Soy hasta maniática! Tengo como un orden estipulado en el que los zapatos siempre van abajo (Ríe).

-¿No ha pensado en patentar el “método Díaz” de equipaje?
-Ahora que se lleva, podría hacer hasta un canal en YouTube (Risas). Y, además, al ser pequeña, tengo la ventaja de que me cabe mucho. Es igual que en los medios de transporte. En los aviones entro estupendamente y viajo cómoda vaya donde vaya. Igual me da en business que en turista.

-¿Y si le ponen reguetón?
-No me gusta. Lo siento mucho por los que lo hacen. Yo soy más de los hits de toda la vida: Rafaella Carrá, Georgie Dann… Esa cinta añeja que ponen en todes les fiestes a última hora ye la mejor. Sin duda ninguna (Risas).

El Comercio, 22 de julio de 2018 • Azahara Villacorta