«San Mateo 2020» en Oviedo

«San Mateo 2020» en Oviedo

Concierto de Beatriz Díaz, la mezzosoprano María José Suárez y el pianista Marcos Suárez con motivo de las fiestas de la ciudad

 

María José Suárez y Beatriz Díaz estarán esta tarde en el auditorio Príncipe Felipe junto al pianista Marcos Suárez. El concierto lleva por título «Canta y no llores» y, además de la calidad artística que tienen estas dos mujeres, la cosa promete ser muy entretenida. Ellas son muy divertidas y están encantadas de volver al escenario tras ocho meses de parón. María José Suárez celebra el premio «Max» a la zarzuela Doña Francisquita, en la que participa. Díaz prepara su rol de Madama Butterfly, que cantará en noviembre en el Campoamor. El concierto de hoy servirá también para rendir tributo a las víctimas de la pandemia y a su amiga Pepa Ojanguren, fallecida recientemente.

En 2009 el director Riccardo Muti invitó a la soprano allerana Beatriz Díaz a cantar la Missa Defunctorum de Paisiello en el Festival de Salzburgo. Fue un momento emocionante, pero hay otros muchos en la carrera de esta mujer simpática, vivaracha. Hoy vivirá otro de ellos en su regreso a los escenarios tras el parón por la pandemia del coronavirus. Participa junto a María José Suárez y el pianista Marcos Suárez en el concierto «Canta y no llores» en el auditorio Príncipe Felipe (20.00 horas).

-¿Cómo afronta este regreso?
-Muy emocionada. A los nervios que tienes siempre antes de un concierto se suman ahora los de volver a empezar.

-Han diseñado el programa de manera conjunta.
-Sí. Nos costó, porque después de tanto tiempo parados queríamos cantarlo todo. Yo pensé que ha llegado el momento de hacer lo que siempre quise y nunca me atreví.

-Durante el confinamiento fue muy activa en redes sociales.
-La música fue una compañera exquisita. Con Marcos Suárez ofrecíamos conciertos en directo a través de Instagram todos los días a las siete de la tarde, porque a las ocho había que aplaudir. Fue una manera de compartir y era muy especial porque establecías un diálogo con el público, algo que no es habitual en un concierto. Creamos una pequeña familia que nos juntábamos en la red todas las tardes y me consta que algunos estarán hoy en el concierto, al fin los conoceré en persona.

-¿Qué supone para una cantante como usted un parón de ocho meses?
-Es muy duro. Nosotros trabajamos con la musculatura, es un trabajo físico y atlético. Yo estuve estudiando mucho la «Butterfly» que tengo en noviembre en el Campoamor, es un auténtico «tour de force», y me ayudó a sentirme activa.

-¿Cómo será el concierto que ofrecerán esta tarde?
-Divertido, pero que tampoco esperen que haga de Lina Morgan (risas). Es un concierto como la vida misma, con tiempo para la risa y para el llanto. Y hablaremos más de lo normal. La crisis sanitaria impide que se reparta el programa de mano, así que presentaremos las canciones. Nunca me había planteado tener que presentar un concierto, pero me parece que genera cercanía.

-«Canta y no llores».
-Ese es el título y no es ninguna frivolidad. El momento que estamos pasando es para llorar, pero hay que sobreponerse, necesitamos ir haciendo conquistas poco a poco.

-Limitaciones de aforo, distancia de seguridad también sobre el escenario, todo muy atípico.
-Las limitaciones de seguridad deben ser iguales para todos. No puede ser que un avión o un tren vayan llenos y en los teatros estemos así. Cada vez que se levanta el telón hay cientos de personas trabajando detrás. Entiendo que las medidas de seguridad son necesarias, pero tienen que ser para todos igual.

-Las entradas se agotaron en horas.
-Como artista es muy reconfortante que tras ocho meses de apagón se agoten las entradas. Estoy agradecidísima al público y también a la concejalía de Festejos por organizar estos conciertos. Por nuestra parte, esta tarde pondremos toda la carne en el asador.

La Nueva España, 9 de septiembre de 2020 David Orihuela