Beatriz Díaz, soprano

Beatriz Díaz, soprano

Esta soprano lírica española nacida en Boo, concejo de Aller, Asturias, estudió solfeo y piano en el Conservatorio de Música de su municipio natal y canto con la profesora Elena Pérez Herrero. Posteriormente se perfeccionó con Mirella Freni en el Centro Universale di Bel Canto y ha recibido clases magistrales de Elena Obraztsova, Montserrat Caballé y Mady Mesplé.

Tras ser reconocida en los concursos de canto «Ciudad de Logroño», «Julián Gayarre» y «Acisclo Fernández Carriedo», en 2007 obtuvo con brillante rotundidad el primer premio en el XLIV Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas, en cuya edición conquistó además los premios a «la mejor cantante española» patrocinado por Plácido Domingo, a «la mejor intérprete de zarzuela», el «premio especial del público» y los concedidos por Paloma O’Shea, presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, y por la Ópera de São Paulo.

Desde sus inicios viene cosechando triunfos en reconocidos montajes operísticos e importantes escenarios de todo el mundo: Iphigènie en Aulide en el Teatro dell’Opera de Roma; Carmen en el Teatro Comunale de Bologna; Gianni Schicchi en el Teatro Colón de Buenos Aires; L’elisir d’amore en La Fenice de Venecia y La bohème en los teatros Carlo Felice de Génova y la Maestranza de Sevilla; Turandot en el Palacio Euskalduna de Bilbao; Falstaff en el Teatro Villamarta de Jerez; The Greek Passion y Cenerentola.com en el Teatro Massimo de Palermo; The Little Sweep, Dulcinea e Il tutore burlato en el Teatro Real de Madrid; Così fan tutte y Don Giovanni en el Teatro Jovellanos de Gijón o Il piccolo spazzacamino en el Teatro Comunale de Módena, entre otras.

BAJO LA LUPA – Ximena Sepúlveda

Sus interpretaciones de zarzuela incluyen La generala en el Théâtre du Châtelet de París, Teatro Campoamor de Oviedo y Teatro de La Zarzuela de Madrid; La eterna canción en el Teatro Español y Festival de Peralada; Black, el payaso en el madrileño Teatro Español; Los gavilanes en el Teatro Campoamor ovetense; El dúo de La Africana en el Teatro Palacio Valdés de Avilés; y varias «Antologías».

En 2009 interpretó con gran éxito la Missa Defunctorum de Paisiello invitada por Riccardo Muti en el Festival de Salzburgo, Maggio Musicale Fiorentino, Festival de Ravenna, Piacenza y Údine. Posteriormente fue invitada por el maestro napolitano para cantar junto a la Orchestra Giovanile Luigi Cherubini.

– ¿Dónde naciste?

– Nací en un pequeño pueblo de montaña de tradición minera que en la actualidad cuenta con 750 habitantes más o menos. Soy hija y nieta de mineros. Mi madre es maestra y fui criada en un entorno familiar muy tranquilo y afectuoso.

– ¿Cómo te iniciaste en el canto?

– En el mundo del canto me inicié gracias a mi padre. Él tenía como afición cantar canción asturiana, que es el folclore típico de nuestra tierra, y ensayaba en casa. Enfrente de donde él cantaba era donde yo jugaba, de manera que oía diariamente sus canciones. Hasta que un día, con 6 años –en una fiesta del pueblo donde hicieron un juego para los niños que consistía en cantar una canción cualquiera y te daban un juguete– decidí cantar «El pintor que pintó a Xuana», que era una de las canciones que mi padre ensayaba. Quedaron desconcertados porque nunca me habían oído cantar ese tipo de música. Fue una cosa que surgió de manera natural y espontánea. A partir de entonces aprendí alguna canción más y comencé a ir con mi padre a cantar a concursos y fiestas y empecé a pisar escenarios. Viendo que la música me gustaba tanto, me enviaron al Conservatorio donde estudié solfeo y piano. Cuando acabé el grado elemental se me planteó una duda: seguir con el piano (que sinceramente no me apetecía nada) o educar mi voz. La elección fue clara: cantar. He de decir que en aquel tiempo y hasta años después para mí el canto era una afición pero nunca me lo llegué a plantear como una profesión. En este momento tendría 15 años y la ópera aún no había aparecido en mis horizontes ni sabía de su existencia. Así empecé a estudiar con mi maestra y fue ella quien, viendo mis cualidades y capacidades artísticas, me fue guiando y yo me dejé llevar. De manera que a los 18 años empecé a hacer audiciones y a moverme por el mundo del Teatro.

– ¿Cuál fue tu primera ópera?

– Acudí a ver mi primera ópera, Roméo et Juliette y salí entusiasmada pensando que aquel podría ser el trabajo más bello que podría encontrar. Y el destino quiso que así fuera. Poco a poco comenzaron a surgir nuevas oportunidades hasta el punto que tuve que elegir entre el canto y los estudios (estudiaba en la Facultad de Biología). Gracias al canto he conocido profesionales estupendos, ciudades de ensueño, diferentes culturas. Adoro mi trabajo. La única dificultad que le veo es el estar lejos de la familia.

– España cuenta y siempre ha contado con grandes cantantes. ¿Tú consideras que exista una escuela española de canto, diferente a las demás, o cuál piensas sea el motivo de este éxito?

-No creo que lo definiría como una «escuela» española, aunque bien es cierto que actualmente hay una cantera estupenda de cantantes españoles, tanto de jóvenes promesas como de grandes cantantes plenamente consolidados. Actualmente el canto vive una gran profesionalización, lo que hace que todo adquiera otras dimensiones. A mi entender, el canto es un lenguaje universal capaz de conmover y que no entiende de nacionalidades. Cada voz es única e inconfundible.

– ¿Has tenido oportunidad de cantar en Latinoamérica?

– Sí. He tenido el privilegio de debutar en el Teatro Colón de Buenos Aires en 2011 como Lauretta en Gianni Schicchi. Ha sido una experiencia maravillosa y muy enriquecedora. En el resto de Latinoamérica aún no he tenido la oportunidad, pero sería para mí un placer.

– Hay ahora una gran cantidad de cantantes jóvenes de gran valía que tienen que luchar fuertemente para darse a conocer. ¿A qué atribuyes la escasez de oportunidades para estos jóvenes?

– Cantar es maravilloso, pero hay que esforzarse y trabajar mucho para poder hacerte un espacio. Nunca sabes dónde va a estar tu oportunidad; nunca sabes quién te está escuchando en el público. Es cierto que al principio cuesta trabajo hacerse un sitio, pero es que también hay una cantidad enorme de gente joven con mucho talento y muy preparados luchando por su futuro. Hay que participar en audiciones, clases, concursos y viajes para darse a conocer. Creo que hay muchas plataformas encaminadas a lanzar a jóvenes talentos, pero bien es cierto que no hay sitio para todos. Hay que seguir luchando y si se cierra una puerta intentar abrir una ventana, pero nunca rendirse por conseguir tu sueño. Trato de llevar mi carrera con calma y sin grandes prisas, tratando de consolidarla con cimientos sólidos, paso a paso pero con firmeza. Creo que los cantantes jóvenes hemos de tratar de tener paciencia, profundizar en nuestra técnica, en el conocimiento de nuestra voz y su desarrollo y finalmente tratar de aprovechar las oportunidades cuando se nos presentan.

– ¿Cuál es tu repertorio y cuáles tus óperas favoritas?

– En la actualidad hago un repertorio de lírico-ligera que abarca desde Adina en L’elisir d’amore, pasando por Musetta, Nannetta, Manon y Micaëla, entre otras. Creo que mi repertorio irá evolucionando hacia lo lírico, ya que la voz ha ido madurando y ganando cuerpo y color. En un futuro no muy lejano espero debutar Mimì en La bohème, que es mi rol favorito. Me identifico mucho con la música de Puccini: me conmueve y la carga teatral de sus «mujeres» es increíble. En general me atraen más los dramas, por lo que podría citarte como favoritas, además, La traviata, Manon, Faust… aunque interpretar personajes cómicos también es muy divertido.

– ¿Te gustaría interpretar ópera moderna?

-He participado en varias óperas contemporáneas, tanto en el Teatro Real de Madrid como en el Massimo di Palermo. Las partituras siempre son muy exigentes y la escritura distinta a lo que conocemos como repertorio clásico. Creo que es muy enriquecedor e interesante. Es otra disciplina distinta que te ayuda a conocerte y a ampliar la visión del propio instrumento.

– ¿Qué diferencia existe entre la interpretación y la técnica vocal?

– La técnica vocal, para mí, es el pilar fundamental del canto. Todo se basa en ella. Una vez interiorizada la técnica pasas a dar una interpretación. La interpretación es el siguiente peldaño. Me explico: cuando empiezas a estudiar una partitura nueva primero interiorizas la música; buscas las posiciones correctas, las respiraciones y una vez que esto lo conoces vas a la interpretación, a la expresividad del texto, a pensar como si fueras el personaje, a cantar desde el sentimiento que te transmite la escena que estas interpretando… Son muchos los detalles a tener en cuenta cuando se trata de crear un personaje.

– ¿Dónde te ves en unos 10 años?

– Nunca puedes saber qué te deparará el futuro. Mi objetivo es seguir estudiando, cantando y esforzarme día a día y que mi vida siga estando ligada a los escenarios. Ojalá que dentro de 10 años pueda seguir viviendo mi sueño.

Pro Ópera, julio-agosto de 2012