«Viva Puccini con Beatriz Díaz» aunque eligieran «Verdi y su Otello para abrir boca, exigente, para ir descubriendo una Desdémona allerana inédita que empastó a la perfección con “el moro de Gijón” en “Già nella notte”». Luego, «“Io son l’umile ancella” (Cilea, Adriana Lecouvreur) para disfrutar de “La Díaz” en estado puro»; después, «la Nagasaki de Madama Butterfly (Puccini) con la bomba de Boo y “Un bel di vedremo” que nos pondría la piel de gallina con Butterfly Díaz de salón, por cercanía capaz de susurrarnos y explotar emociones desde una voz única. Tras el descanso, «rompería moldes con pinceladas increíbles en sedas líricas como “Ebben, ne andrò lontana” (Catalani, La Wally) a cargo de “la sopranísima” que emociona de principio a fin en este aria de aire “pucciniano”. Para el final la Liù allerana con “Tu che di gel” del Turandot, lágrimas musicales que espesan con los años pero vuelan igual de alto en esta cantante que adora a Giacomo, antes de La bohème y el famoso dúo de Mimì y Rodolfo, “O soave fanciulla”, el papel que espero ver en vida completo de esta “Musseta con alma de Mimì” que Beatriz Díaz bordó con Alejandro Roy y “O mio babbino caro” (Lauretta de Gianni Schicchi) que pusiese el Colón bonaerense a los pies de esta grande…». (La Música, 13 de diciembre de 2018).