«Butterfly es el sueño de cualquier cantante»

«Butterfly es el sueño de cualquier cantante»

Beatriz Díaz: «Es un privilegio trabajar con gente que rema a favor y te echa un cable»

 

No está nerviosa. Sí muy feliz. Beatriz Díaz (Boo, 1981) se sube hoy a las tablas del Campoamor para debutar el papel de Cio-Cio San en Madama Butterfly. Lidera la soprano el segundo cast de la pieza de Puccini en los Viernes de Ópera a un precio muy asequible.

-¿Le gusta o le pesa jugar en casa?
-Me gusta. Siempre que actúo aquí me siento muy querida. Es un reto para mí y, dadas las circunstancias, las ganas son más grandes que nunca.

-Es un papel muy difícil.
-Es complejo vocalmente, requiere mucha resistencia física, es un «tour de force», una prueba de fuego, pero me apetecía probarme con Puccini.

-¿Cuándo empezó a trabajar el rol?
-Ya hace más de un año que me lo ofrecieron, ojeé la partitura, medité muy mucho, y empecé a subir la montaña, de estudio, de trabajo, hay que controlar muchos factores. A lo vocal se suma el tema escénico, hay que cantar en momentos de emoción muy fuerte. «Butterfly» es el sueño de cualquier cantante y hay que abordarlo con cierta madurez vocal y muchos recursos. El personaje no para, está todo el tiempo en el escenario. Pero me encuentro en un momento en el que conozco bien mi instrumento y creo que estoy en un buen lugar para aproximarme.

-¿Es muy fuerte el peso interpretativo?
-Dramáticamente, el personaje es muy poliédrico, de la niña inocente que idolatra a su príncipe azul pasa al paisaje devastado del segundo acto, con el abandono del amor de su vida, la espera… Pasa por la ilusión, la ira, la rabia…

-¿Cómo lleva mirarse en el espejo de Ainhoa Arteta?
-Es maravilloso. Ya había trabajado con ella y como colega es excepcional, verla trabajar me da muchas pistas y nociones.

-¿No teme comparaciones?
-No. Cada una sabe en qué momento está. Todo el mundo tiene una primera vez y a mí me toca pasarla ahora.

-¿En qué momento está?
-Intentando abordar un repertorio más grande, más lírico. Mi voz ha ganado peso, densidad, es un instrumento en continuo desarrollo. Intentaré afrontar el repertorio que siempre me ha atraído vocalmente, como Puccini, que es mi compositor fetiche, el verismo y ese tipo de óperas más intensas.

-¿Malos tiempos para la lírica?
-Son malos tiempos para todos. La lírica y la cultura hemos sufrido todo tipo de avatares, incertidumbres, muchos proyectos que no se pudieron hacer. Yo he tenido cuatro o cinco cancelaciones, que se han pasado a 2021, así que lo que estoy deseando es que haya salud para todos.

-¿Nos vamos a pasar 2021 viendo lo reprogramado este año?
-Pues sí. 2021 va a ser lo que 2020 no pudo ser. Yo trabajo tengo, así que me siento una privilegiada. Voy a estar en la temporada de zarzuela en dos títulos, tengo por ahí un ciclo que se llama Cantarinos pa que sueñes, también un par de conciertos, y estoy pendiente de audiciones para salir fuera.

-¿De la función de hoy saldrán nuevos proyectos?
-Ojalá. Hay que trabajar con todas las ganas y todos los recursos vocales. Hay que exhibir gran parte de lo que uno sabe hacer.

-Pues habrá nervios…
-Pues no, Óliver Díaz y Joan Antón Rechi, el director musical y el de escena, me hicieron el camino fácil, facilísimo, ayudándome, sumándome, dándome consejos. Es un privilegio debutar un rol como este con gente que rema a favor y te echa un cable. Tengo ganas de salir al escenario. El trabajo está hecho y lo que tenga que ser será. Necesito que llegue ya el final del proceso.

El Comercio, 18 de diciembre de 2020 M. F. Antuña