07 Oct El genio musical de Puccini llega por partida doble al Campoamor
La sombría «Il tabarro» y la cómica «Gianni Schicchi» cuentan con la asturiana Beatriz Díaz, José Antonio López y Azer Zada
→ Giacomo Puccini por partida doble. Hoy llegan a las 19.00 horas al teatro Campoamor de Oviedo dos de las tres obras que conforman Il trittico: Il tabarro y Gianni Schicchi. Dos óperas que únicamente se representaron una vez en la temporada ovetense: Gianni Schicchi en 1966 e Il tabarro en 1980. Volverán esta vez al escenario los días 10, 12, 13 y14.
Fue hacia 1910 cuando el genial músico decidió afrontar una trilogía inspirada en el «Infierno», «Purgatorio» y «Paraíso» de la Divina Comedia de Dante. Es Il tabarro un trabajo sombrío y naturalista basado en el drama de Didier Gold, La houppelande (1910). Un drama en toda regla que sigue la estela de Émile Zola a la hora de mostrar las penosas condiciones de vida de las clases bajas parisinas. Puccini se empapa de impresionismo francés para exponer las sombras sórdidas del libreto, rematado con un asesinato espantoso alimentado por la traición y el adulterio.
Gianni Schicchi es todo lo contrario: se nutre de la «commedia dell’arte» y la ópera bufa, lo que da lugar a una comedia que exhibe las debilidades humanas, sometidas por las ansias de poder y la hipocresía. Puccini logra unos retratos encantadores y sagaces.
La producción de la Ópera de Metz está dirigida musicalmente por José Miguel Pérez-Sierra y escénicamente por Paul-Émile Fourny, con la colaboración de la orquesta Oviedo Filarmonía y el Coro titular de la Ópera de Oviedo.
Encina Cortizo: «Puccini pensaba en todo, desde la música hasta los decorados»
A comienzos del siglo XX, Giacomo Puccini se había convertido en el compositor operístico más relevante del mundo, y no fue por casualidad. El músico italiano (Luca, 1858-Bruselas, 1924) cuidaba todos los detalles en sus obras, empezando por la música hasta todo tipo de sonidos que surcan sus partituras y los decorados, fieles a la temática de los argumentos. Así lo explicó ayer, en el Club Prensa Asturiana de La Nueva España, la profesora María Encina Cortizo, catedrática de Musicología de la Universidad de Oviedo, que habló sobre Il tabarro (La capa) y Gianni Schicchi, dos de las tres obras del Il trittico de Puccini, que conforman los segundos títulos de la 76.ª temporada de Ópera de Oviedo. Ambas se estrenan esta tarde a partir de las 19.00 horas en el teatro Campoamor.
Puccini, que a principios del siglo XX ya era muy famoso por La bohème (1896) y Tosca (1900), quiso componer tres óperas en un acto relacionadas con la Divina Comedia: un viaje por el infierno en Il tabarro, el purgatorio en Suor Angelica y el paraíso en Gianni Schicchi, la única cuya temática está directamente relacionada con la obra de Dante y que lleva por título el nombre de un personaje que aparece en la Divina Comedia, tal como explicó Encina Cortizo.
«La muerte está presente en las tres óperas: en Il tabarro, con un asesinato, el suicidio en Suor Angelica y su posterior redención, y en Gianni Schicchi, de forma satírica», añadió la musicóloga, que estuvo acompañada por Adolfo Domingo, responsable de publicaciones de la Ópera de Oviedo. Este último también destacó la fuerza musical de dos composiciones que abordan algunos de los grandes temas que siempre preocupan al hombre.
La Italia del «Duecento», en Gianni Schicchi, y el París de la primera década del siglo XX, en Il tabarro, son el marco en el que se desarrollan los argumentos, que, como es habitual en la ópera, no tienen final feliz.
«Gianni Schicchi es un pícaro muy listo, capaz de arreglarlo todo, pero para los florentinos es un advenedizo, alguien que ha llegado de fuera, sin tener en cuenta que de fuera también había llegado Giotto y otros muchos que dieron esplendor a Florencia», recalcó Cortizo, en una exposición que contó con audiciones de algunos momentos claves de ambas obras, entre los que no faltó la conocida aria «O mio babbino caro» (Oh, mi papá querido), de Gianni Schicchi, que canta el personaje Lauretta después de que las tensiones entre Schicchi y sus futuros suegros llegan a un punto de ruptura que amenaza con separarla de Rinuccio, el joven al que ama.
«En Il tabarro la música refleja la oscuridad y la sordidez del libreto, que finaliza con un horrible crimen», señaló la conferenciante ante una sala llena de público. En 1912, Puccini asistió en París a una representación de la obra La Houppelande, de Didier Gold. Quedó impresionado y se propuso componer una ópera con libreto de Giuseppe Adami. «La acción se desarrolla a orillas del Sena, hacia 1910, en una barcaza de comercio cuyo dueño es Michele. El argumento se centra en el triángulo amoroso formado por Giorgetta, Michele y Luigi, con una trágica conclusión: el asesinato de Luigi a manos de Michele», relató Encina Cortizo.
■ La Nueva España, 7 de octubre de 2023