José Bros y Beatriz Díaz lideran el reparto de «L’elisir d’amore» que se estrena el día 12 en el Campoamor

José Bros y Beatriz Díaz lideran el reparto de «L’elisir d’amore» que se estrena el día 12 en el Campoamor

El tenor catalán y la soprano asturiana coinciden en el tercer título de la temporada de la Ópera de Oviedo después de quince años

 

«Beatriz y yo nos llevamos fatal desde hace mucho tiempo», bromeaba ayer el tenor catalán José Bros (Barcelona, 1965), «encantado» de estar y cantar junto a la soprano allerana Beatriz Díaz (Boo, 1981), con quien encabeza el reparto de L’elisir d’amore, el tercer título de la temporada de la Ópera de Oviedo. Una producción de la Deutsche Oper am Rhein que se estrenará el domingo, día 12 de noviembre, en el Teatro Campoamor, bajo la dirección musical del también asturiano Óliver Díaz y con una escena «festiva y chispeante» que correrá a cargo de Joan Anton Rechi.

Tan «burbujeante» es –en palabras de Beatriz Díaz– que más de 3.000 copas suspendidas sobre el escenario contemplan durante los ensayos a los dos protagonistas de la ópera de Gaetano Donizetti, que se conocieron hace quince años en idéntico escenario haciendo L’amico Fritz, la obra maestra de Pietro Mascagni. Ella, con «un papelín pequeñín». Él, ya consagrado como estrella del bel canto. «Era un 11 de noviembre. Me acuerdo muy bien porque es San Martín en Moreda, una fecha muy emblemática», le devolvía la broma la soprano de Boo al tenor, que, además, celebra que en diciembre se cumplen 25 años de su debut y que ya es casi «asturiano de adopción»: «Llevo más de quince títulos aquí. Son muchos años de relación con el público de esta ciudad, así que el cariño es mutuo».

Una relación más que consolidada a la que esperan atraer nuevas incorporaciones. Porque, si algo destacan Bros y Díaz, que encarnan a Nemorino y Adina, «dos personajes que no son planos, lineales, sencillos, sino que evolucionan y crecen durante la obra», es que este es un título para divertirse, «una ópera perfecta para iniciarse. Porque, además, el montaje es muy visual, muy del día a día, algo que puede acontecer en la vida real. Un poco loco, pero muy cercano», subraya Beatriz Díaz.

Pero que nadie se equivoque, apostilla Bros: «Donizetti es muy difícil de cantar. Hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar. Aunque en este título tenemos de todo: momentos cómicos y otros más serios. Se ha intentado coger el drama, el conflicto, y presentarlo de una manera muy actual, moderna, muy transparente y muy divertida».

Así que la «gran exigencia vocal de esta comedia» podrá disfrutarse desde el primer acto. «Nos vamos de boda desde que se levanta el telón, cuando, normalmente, en los montajes de L’elisir d’amor, ves la fiesta en el segundo acto», explica el “alter ego” de Adina, «dueña y señora» del restaurante y por la que suspira, loco de pasión, el «noblote» Nemorino.

Pero, sin duda, el éxtasis llegará con la guinda del pastel, apunta José Bros: «Los números de más envergadura se producen al final, cuando ya llevas toda la noche cantando, corriendo, actuando…». «Y, sobre todo, serán los pasajes más esperados por el público, como esa aria maravillosa que es «Una furtiva lacrima», subraya con el entusiasmo arrollador que la caracteriza Beatriz Díaz, que pronostica que «serán de esos momentos en los que se escucha el silencio en el teatro. Y, cuando eso pasa, es increíble». Es la magia de la lírica, en la que, «además, por fin triunfa el amor».

El Comercio, 2 de noviembre de 2017 | A. Villacorta